Gareth Bale
Bale no ha logrado mostrar su mejor versión jugando en la posición de 10. Getty

Rafa Benítez afronta un serio problema en el Real Madrid. Sí, lo sé, es agosto. Pero no se trata del alarmismo fruto de un, cada vez más habitual, pinchazo del club blanco en el inicio de las últimas temporadas -ayer empató a cero contra el recién ascendido Sporting de Gijón-. Es la confirmación de un fallo en la sala de máquinas del Santiago Bernabéu. Un error tan evidente que extraña viniendo del ex entrenador del Liverpool, porque aunque su fama de tozudo le precede, ha mostrado en diversas ocasiones su inteligencia para rectificar y guiar a sus equipos por el buen camino.

Nos referimos a la ubicación de Gareth Bale en el centro del campo. El galés, lo repetiré las veces que haga falta, es un potencial ganador del Balón de Oro. Su velocidad, su potencia, el bazoka que tiene por pierna izquierda, no se paga con dinero. O sí, concretamente con los 100 millones de euros que la entidad de Chamartín pagó por él. Pero a diferencia de Cristiano o de Lionel Messi, Gareth Bale nunca rendirá por el centro. Es su kriptonita particular, porque en esa zona del campo se requiere una habilidad en el regate, un juego de pies propio de púgil y de bailarín de claqué, de los que él carece.

El entrenador del Real Madrid no puede seguir invirtiendo demasiado en el experimento porque aunque ayer tan solo se perdieron dos puntos que, en principio, no van a ninguna parte, el tiempo es oro en la Liga. Y una renta mayor del Barcelona en los primeros compases del campeonato le pueden obligar a ir a remolque. Y si algo necesita Benítez es tranquilidad. No es buena plaza el Santiago Bernabéu para ir haciendo la goma, tras un año decepcionante en el que el eterno rival lo ganó absolutamente todo.

Los datos de Gareth Bale en los partidos de preparación debieron valer a Benítez para darse cuenta de que las piezas del puzzle no encajaban, por mucho que se empeñase en hacer que se juntasen a la fuerza. El ex del Tottenham Hotspurs jugó 389 minutos, repartió una asistencia y marcó un gol, al Bayern Munich, que precisamente le define. Porque vino precedido de una descomunal carrera a la que prosiguió un latigazo que entró como un misil en la portería bávara. En cualquier caso, un bagaje muy escaso.

La ubicación de Gareth Bale permite discusión si analizamos si rinde más por la izquierda o por la derecha, partiendo de una posición más retrasada o más adelantada. Pero si Benítez se mantiene terco en su intento por convertir a Bale en un media punta a la antigua usanza, puede ir encargando polvorones, ya que no se comerá el tradicional turrón navideño.

Las preocupantes señales constantes vitales mostradas por el Real Madrid en verano y en su debut liguero en Gijón (0-0), prevén movimiento en la entidad blanca en esta semana final de mercado veraniego. Ha sorprendido que el club presidido por Florentino Pérez apenas se haya movido. Las incorporaciones, un Danilo que en estos momentos evidencia una alarmante falta de forma física y el recién llegado Mateo Kovacic, no dan el salto de calidad de un equipo que pecó hace una temporada de abusar de un once predefinido sin demasiadas rotaciones. Cuando ambos futbolistas alcancen su máximo estado de forma y compenetración con sus nuevos compañeros, tienen argumentos de sobra para reforzar la nave blanca, pero en un fútbol cada vez más cambiante y en el contexto de un mercado muy movido -sobre todo en el Reino Unido-, a Benítez no le han traído jugadores de primer nivel, como si ocurrió con José Mourinho y Carlo Ancelotti, sus dos antecesores en el cargo.

Asier Illarramendi
Asier Illarramendi tiene los días contados en el Santiago Bernabéu. Getty

De hecho, el club parece más centrado en la operación salida que en la operación llegada. Tras una gran pretemporada, Denis Cherishev podría salir cedido y el Villarreal es su mayor pretendiente. Mientras que Asier Illarramendi está a punto de firmar por la Real Sociedad a cambio de 20 millones, según una información de la Cadena Cope publicada este mediodía. El futbolista se ha resistido a desligarse del Real Madrid, pero ante el oscuro panorama que se le presenta en Madrid tras la llegada de Kovacic. la Real es el equipo que más ha insistido en su contratación. Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad, ha negociado con el Real Madrid las condiciones de una hipotética cesión durante el pasado fin de semana. Pero siempre según la Cadena Cope, las negociaciones habrían ido más lejos y el futbolista guipuzcoano volvería a su club de origen a cambio de 15 millones y 5 en variables. La idea que Illarramendi tenía en mente era salir cedido un año, recuperar la confianza y tomar una decisión definitiva sobre su futuro a largo plazo a la conclusión de la próxima campaña, pero Cadena Cope habla de un traspaso inminente. Liverpool, Tottenham Hotspurs y Arsenal también han pujado por el mediocampista, y mientras no se confirme de manera oficial su pase a la Real Sociedad, seguirán insistiendo en la contratación del hoy todavía '24' madridista.